Por esta Encod presenta un código de conducta para los Clubes Sociales de Cannabis en la Unión Europea. Este código ha sido elaborado por socios de Encod en Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Grecia, Italia, Reino Unido y República checa. Algunos de ellos están actualmente involucrados en Clubes Sociales de Cannabis que operan legalmente en su país, otros están involucrados en la preparación de CSCs que serán establecidos una vez que la legislación sobre el cultivo de cannabis para uso personal lo permite. Para saber más, por favor contáctenos
CANNABIS SOCIAL CLUBS EUROPEOS
CÓDIGO DE CONDUCTA
Diciembre de 2011.
Debido a la falta de un marco legal con respecto al cultivo de cannabis para el uso personal, nosotros y nosotras, personas usuarias de cannabis de toda Europa, hemos iniciado un modelo propio de regulación y control.
Este modelo, llamado Club Social de Cannabis, trata de evitar que las personas consumidoras de cannabis estén involucradas en actividades ilegales y asegura que se cumplen ciertos requisitos con respecto a la salud pública y la seguridad. Los Clubes Sociales de Cannabis (CSC) son asociaciones registradas y sin fines de lucro que están formadas por personas adultas que consumen cannabis. Pueden ser establecidas legalmente en un país donde el cultivo de cierta cantidad de cannabis para el uso personal ha sido descriminalizado. En países donde aún no es el caso, los CSCs pueden operar de forma experimental a fin de prepararse para el momento en que las leyes sobre el cultivo de cannabis para uso personal cambien. De acuerdo con el artículo 12 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, “toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pacífica y asociación en todos los niveles”.
Los CSCs organizan el cultivo colectivo de un monto de cannabis que sirve únicamente para el consumo personal de sus miembros. La capacidad de producción de un CSC está basada en el nivel estimado de consumo anual, aumentado con una reserva razonable para contrarrestar el riesgo de cosechas fracasadas y robo, y proveer para una ’producción de emergencia’ para personas que consumen cannabis con fines medicinales. Las reglas internas de un CSC incluyen un protocolo sobre la administración de un eventual excedente.
Antes de ser miembro de un Club Social de Cannabis, la persona que lo solicita debe declarar que es consumidor/a de cannabis, o entregar un informe médico en el que conste el diagnóstico, a fin de comprobar que esa persona está diagnosticada de alguna enfermedad para la que el uso de cannabis está indicado, atendiendo para ello a las listas publicadas regularmente por la Asociación Internacional del Cannabis como Medicina (IACM).
Los Clubes Sociales de Cannabis tienen un protocolo para la adhesión de nuevos socios/as que incluye una explicación de sus derechos y deberes, una indicación de la cantidad estimada para su consumo y una conversación privada sobre la historia de su consumo. Ello permite a los clubes reconocer el consumo problemático (psicopatologías) y responder a esta situación. Los Clubes Sociales de Cannabis aplican una política activa de prevención de daños y riesgos y de promoción de métodos más seguros de consumir cannabis entre sus socios y socias.
Los Clubes Sociales de Cannabis llevan un registro escrito exhaustivo del consumo efectuado por sus miembros a partir del cultivo colectivo, registro en el que constarán, al menos, el número de socio/a, las cantidades retiradas y la fecha de la retirada. Dicho registro se articulará de manera que se garantice en todo momento la protección de los datos personales. Existirá un límite superior en las cantidades a dispensar a los miembros, a fin de evitar que se pueda facilitar el uso de terceras personas,
Los Clubes Sociales de Cannabis llevan un registro escrito exhaustivo del cultivo, en el que la asociación certificará las fechas y los cultivos programados en estas, así como los métodos utilizados para el cultivo y las cantidades recolectadas y aptas para su consumo. Se ejecutarán inspecciones aleatorias de los cultivos por parte de representantes de la administración a fin de verificar el emplazamiento, medidas de seguridad y volumen estimado de la producción.
Los métodos de cultivo, tratamiento post-cosecha, etc., cumplen con las normas de la agricultura ecológica, con un uso sostenible de los recursos naturales.
Una vez realizado el control de la cosecha y cuantificado el volumen final de la producción, se emitirá autorización escrita por parte de la asociación para proceder al transporte del producto del cultivo desde el lugar donde se realizado hasta el local donde se lleva a cabo la dispensación controlada.
Los Clubes Sociales de Cannabis están caracterizados por su transparencia, democracia y ausencia de fines de lucro. Funcionan como una asociación, con completa apertura a sus socios y socias sobre las cuestiones financieras, para que los miembros puedan ver cómo se calculan los precios y cómo se gasta el dinero. Los CSCs organizan una asamblea general por lo menos una vez por año, donde se discuten y aprueban los informes anuales. Estos informes incluyen un balance completo de ingresos y gastos en el último año fiscal, de acuerdo a las reglas establecidas para este propósito.
Los Clubes Sociales de Cannabis pueden decidir tener una plantilla laboral contratada, cuyos miembros recibirán una remuneración razonable. Así, contribuyen a la creación de empleo, reactivación económica y ahorro en el presupuesto público de interdicción.
A diferencia de los distribuidores de cannabis que operan en el mercado ilegal, los Clubes Sociales de Cannabis están dispuestos a entrar en diálogo con las autoridades para dar a conocer sus métodos de operación, en el marco de la elaboración de una regulación legal de cannabis. Las autoridades locales deberían tener un interés en esta regulación, que les facilitará el control de los CSCs para asegurar que se forma de trabajo es transparente y segura. De esa manera, crean una alternativa al mercado negro, evitan el acceso de menores al cannabis, ayudan a reducir los gastos públicos y generan impuestos. Los CSCs tienen interés en esta regulación porque garantizará el estatus legal de su organización y sus actividades.